¡¡Irse al Carajo!!

 

Difícil es explicar por qué la palabra carajo terminó teniendo el sentido de un insulto. Difícil es también explicar por qué hoy resulta tan poco conocida y hasta incomprensible la vida consagrada secular.

 

En los inicios de cristianismo Jesús, que no era sacerdote judío, sino un simple laico, eligió doce varones de la sociedad de su tiempo, todos ellos personas comunes y corrientes y seculares, que tenían esposas y suegras e hijos y un trabajo con el que mantenían a su familia.

 

Todos ellos fueron consagrados seculares. Consagrados porque se dedicaron exclusivamente al servicio del Reino de Dios; seculares porque no tuvieron que dejar a su familia para cumplir con su misión, sino que permanecieron donde estaban y ejerciendo sus  oficios.

Con el tiempo la vida consagrada terminó restringida a los conventos y hoy en día muchos creen que es la única forma de vida dedicada completamente a Dios.

 

PERO NO ES ASÍ.

Los Institutos Seculares de la iglesia católica agrupan personas que hacen voto de castidad perfecta, pobreza evangélica y obediencia, sin entrar a un convento o hacer vida comunitaria. Los miembros de esos institutos realizan sus tareas habituales y ejercen su profesión, procurando evangelizar las realidades terrestres y viviendo una profunda vida interior, centrada  sobre todo en la Eucaristía y en la unión con Dios.

Si estás buscando algo diferente y tenés entre 18 y 40 años, no dudes en escribirnos:

pequenafamiliafranciscana@yahoo.com.ar.

Sólo para personas solteras ó viudas.